A final de la guerra de la Independencia, solemnemente celebrada en Gonaïves el 1º de enero de 1804, Jean-Jacques Dessalines es nombrado Gobernador vitalicio, y al cabo de algunos meses, proclamado emperador bajo el nombre de Jacques I.
Para defender el nuevo Estado y oponerse a un eventual retorno de los franceses, el 9 de abril de 1804 firma una orden recomendando a los generales divisionarios y a los comandantes de los departamentos la edificación de una fortaleza en la cima del monte Laferrière a 875 metros de altura. Entre 1804 y 1820 se construye la Citadelle, una de las fortalezas más imponentes del continente americano construida en el siglo XIX, conjunto monumental, constituido por La ciudadela, el palacio Sans Souci y las fortificaciones Des Ramiers.

Protegida por cuatro torres de flanqueo ordenadas alrededor de un patio central y formando, en varios niveles, un frente bastionado de baterías y cuarteles, contaba con un sistema muy elaborado de canalizaciones, de cisternas y de murallas colosales que la hacían inexpugnable, con una capacidad para alojar una guarnición de 2000 hombres, pudiendo llegar a 5000 en caso de necesidad.
El retorno de los franceses nunca tuvo lugar.
En 1981 la Unesco declara el monumento histórico de la Citadelle Patrimonio de la Humanidad. Convertido en un símbolo nacional, es uno de los lugares turísticos más populares del país.